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El mundo nunca ha sido más nuestro que ahora que eres parte de él.

Dicen que cuando alguien se va solo queda lo bueno. Pero no es verdad, yo lo recuerdo todo. Cada llamada de madrugada, cada ataque de ansiedad, cada grito y cada sonrisa. Casi podría decir que te recuerdo mejor que a tu canción.

Te diría que suena estúpido querer despedirte de alguien que no va a volver, pero hay tantas cosas que deberías saber. Tantas, que sé que ya las sabes todas. Ahora entiendo por qué decías que lo importante hay que repetirlo mil veces, porque novecientas noventa y nueve se quedan por el camino.

Tú vivías con una velocidad más, supongo que por eso nos entendíamos tan bien que la mayor parte del tiempo nos queríamos matar. Sabías que todo tenía un final, y me enseñaste a esperarlo, viviendo como si no perteneciéramos al mundo. El secreto era que el mundo no era el mundo, sino nuestro.

Un mundo más peligroso de lo que tú quisiste dejarme ver, un mundo de pistola o pastilla, un mundo de ruinas de gente. La ley del más fuerte, o comes o te comen. Y por una vez, la más fuerte debí ser yo, por ti.

La bella y la bestia, con la magia de no saber quién es quién.

¿Te acuerdas de la despedida?

No te vayas nunca.

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0:22. Suena el teléfono y una voz rota hace lo propio conmigo.
Los golpes que más duelen son los que vienen de espaldas, porque no puedes prepararte para algo que no ves venir.
El puñetazo no me tira al suelo, ni me rompe la cara. Soy yo la que me destrozo a preguntas que sé que no tendrán respuesta.

¿Te acuerdas de lo que decíamos de nunca rendirnos, de ser la otra mitad? Implicaba confianza para abrir lo que permanecería cerrado para el resto, para romper con manos de niña el jarrón robado.
Me prometiste que no dejarías que me hirieran, y ya apenas recuerdo tu voz.
La indiferencia que nunca sentí contigo me abre paso hasta llevarme a nuestro útltimo recuerdo.

Verano, un banco y mis lágrimas, que eran más tuyas que de nadie. Un "No puedo más" culpable, y silencio. Yo no hablé, y tú lo entendiste todo. "No lo sientas", y un abrazo para evitar la caída de algún escombro en la cabeza.

"Yo cuidaré de ti", dijiste.
Quién cuidará de quién al final, pensé.

Una promesa rota,
un futuro estancado hace años.
La ilusión en esa primera botella de champagne.
La primera playa de noche, la primera noche de playa, y la primera de todo.

El primer puesto no te asegura una victoria, pero llegar la primera ya no te lo quita nadie.



All I wanna say is that
they don't really care about us.

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